Abrumado posiblemente sea la palabra que mejor define mi estado de ánimo. La deriva es terrible, literalmente nos vamos a la mierda (y de manera merecida me atrevería a decir).
Si algo
define al ser humano es su capacidad de raciocinio, eso es lo que le ha
mantenido arriba en la cadena alimentaria durante siglos. La fuerza física
nunca ha sido lo nuestro por mucho que nos empeñemos no tenemos nada que hacer
en este aspecto frente a muchísimas otras especies animales. Sin embargo, esa
supuesta inteligencia nos ha metido en un mundo sin sentido, frío, rodeado de
desconocidos y con graves problemas para procurarnos el sustento.
¿Qué clase
de especie inteligente somos?
No hace
falta enumerar de nuevo todo lo que val, lo sabemos: hambre, guerras,
esclavitud, destrucción de todo lo que nos rodea y nos mantiene con vida…
millones de vidas mutiladas en lo físico y en lo espiritual. Sí, también aquí
en el venerado Occidente ¿No te lo crees? Mira a tu alrededor, por un momento
sal de tu burbuja y presta atención.
Hace un
tiempo leí que la acción humana es fundamentalmente una respuesta. Me pareció y
me sigue pareciendo un enunciado muy válido. Incluso cuando no sabemos a qué
cuestión estamos respondiendo, lo hacemos. Partiendo de aquí, si todo lo que
hacemos surge como respuesta a algo y somos una especie caracterizada por su
inteligencia ¿Qué está pasando? ¿Cómo puede ser que todo vaya tan rematadamente
mal? ¿Hemos perdido nuestro ingenio? ¿Acaso no estamos atendiendo a las
preguntas correctas y nos dedicamos a actuar sin más? No lo sé y tampoco sé si
serviría de algo el hecho de saberlo.
Lo que sí
parece claro es que cada vez más todas las respuestas pasan por el avance
tecnológico. El mito de la máquina que nunca se fue sigue en pie haciendo
mantener la esperanza en un futuro mejor. La tecnología nos hará llegar donde
nunca antes hemos estado y, sin embargo, lo que conseguimos es estar más
perdidos que nunca. El tratar de avanzar constantemente y a cualquier precio no
nos deja saber dónde estamos y eso anula cualquier posibilidad de ir a mejor. Con
la mirada perdida en el horizonte tecnológico tal vez no nos damos cuenta de
que aquí y ahora existen otras respuestas. Que requieren un esfuerzo y un nivel
de sacrificio difícilmente admisible, sí. Qué tal vez sean nuestra única
oportunidad de supervivencia como la especie inteligente que creemos ser,
también.
Muchos, tal
vez contagiados por ese mantra de que de las catástrofes surge la oportunidad
de mejora, creen que lo mejor que nos puede pasar es que todo reviente y
volvamos a empezar. El gran reinicio (han tardado poco en comercializar la
marca) lo llaman. Craso error. La demolición ya está siendo controlada y se
viene un largo periodo de profundización de la miseria a niveles inimaginables,
incluso estratos sociales que se perciben como intocables sufrirán las
consecuencias. Los poderes fácticos y sus gestores están listos para gestionar
este proceso de tal manera que quede asegurada su posición aunque tengan que
cambiar los modos y formas de vida. Lo que tengan que hacer se hará (de hecho
ya se ha empezado) y a ser posible se aseguraran el apoyo y la comprensión de
todos nosotros que aceptaremos como inevitable todo lo que nos caiga encima.