Con la escalada del terrorismo organizado en los últimos
tiempos se vuelve a apelar al miedo por parte de las grandes potencias para,
nuevamente, justificar lo injustificable. Como es costumbre en estos casos se
viene repitiendo hasta la saciedad que lo que está siendo atacado es el
sacrosanto valor de la libertad, pilar fundamental de la fantasía democrática.
Como en tantas otras cuestiones el uso y abuso que el
poder hace de este concepto ha acabado por vaciarlo1 para dotarlo de
significados que ya nada tienen que ver con su verdadero sentido.
¿Qué libertad está siendo atacada? Es posible que sea la
libertad de vivir con unas condiciones materiales que tan sólo son posibles
gracias al exterminio de la naturaleza y de media humanidad, un estilo de vida
totalmente ajeno a las necesidades vitales y absolutamente apegado a las
necesidades impuestas por un sistema basado en el beneficio económico y la
dominación de toda forma de vida.
Tal vez me equivoque y la libertad que está siendo
atacada es la de elegir la forma que queremos que adopte el yugo que nos
mantiene sometidos y nos obliga a ganarnos la vida (porque no basta con estar
aquí, parece ser que la vida hay que ganársela, por supuesto produciendo
beneficios económicos para unos pocos) para demostrar que no somos simples
parásitos y merecemos consumir todos aquellos productos que libremente tenemos
al alcance de nuestra mano.
A lo mejor, la libertad que está siendo atacada es la tan
famosa libertad de expresión. Esa misma que lleva a diario a gente a los
tribunales y a la cárcel, la misma que permite ensalzar el fascismo y
criminaliza cualquier discurso que se salga mínimamente del orden establecido.
No descarto que la libertad de la que estamos hablando
sea la de consumir todo aquello que nos permita el mísero salario o la limosna
gubernativa (incluso más, gracias a que tenemos la libertad de endeudarnos).
Apelando a ese pozo de sabiduría moderna que es la
wikipedia vemos el significado de eso que llamamos libertad: “Según las acepciones 1, 2, 3 y 4 de este
término en el diccionario de la RAE el estado de libertad define la situación,
circunstancias o condiciones de quien no es esclavo, ni sujeto, ni impuesto al
deseo de otros de forma coercitiva.”
¿De verdad pensamos que no estamos sujetos al deseo de
otros o que vivimos en una sociedad donde no existe la coerción? Todas las
condiciones que rigen nuestra vida son impuestas, nuestro moldeamiento como
seres humanos es absoluto. Desde bien pequeños nos vemos inmersos en un modo de
vida donde todo está ya diseñado: cómo debemos relacionarnos con los demás y
con el medio, cómo debemos expresar nuestras inquietudes y cómo debemos
canalizarlas, qué cosas debemos aprender y cuáles debemos olvidar en el momento
en el que nos incorporamos a la vida adulta, cual es el sistema de organización
social que nos proporciona una vida mejor… Ni que decir tiene la inmensa
cantidad de formas de coerción existentes.
Porque seamos claros: ¡La libertad está siendo
atacada! Y lo está siendo desde mucho antes de que cualquiera de los que
podamos estar leyendo esto hubiéramos nacido. Las armas siempre han sido un
recurso utilizado por el poder para atacar la libertad; pero ni mucho menos han
sido el único. Su gran arma es la colonización prácticamente absoluta de
nuestras mentes y, por tanto, de todo aquello fruto de las mismas: Sistemas
educativos, religiones, medios de información, productos culturales… Todo sirve
para ir construyendo un imaginario colectivo que conforma el marco de
referencia para cualquier persona. En ese marco no cabe la libertad individual,
no cabe la disidencia. En la mayoría de las ocasiones, ni siquiera somos libres
cuando ejecutamos pequeñas elecciones en nuestra vida cotidiana porque las
opciones a escoger están tan marcadas por nuestros valores y prejuicios, tan
laboriosamente esculpidos por el poder, que todo se convierte en una pequeña
ilusión de libertad.
La lucha por la libertad es primordial; pero nada
tiene tiene que ver con bombardear y arrasar países más o menos lejanos. La
lucha está en cada uno de nosotros, en nuestra forma de pensar y actuar, está
en las acciones individuales y colectivas que podamos hacer. La libertad jamás
podrá ser hija de la barbarie, será necesario ser capaces de imaginarla primero
y poder pensarla después para saber hacia dónde debemos encaminarnos. Para
ello, irremediablemente, deberemos aprender a esquivar y desarticular todo
aquello que nos impida caminar.
1 Conceptos vaciados
http://quebrantandoelsilencio.blogspot.com.es/2015/02/conceptos-vaciados.html
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