El próximo 10 de diciembre se conmemora un aniversario más de la aprobación
por parte de la ONU
de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos en 1948. Esta declaración, al igual que tantos otros
insignes documentos, muestra el nivel de mezquindad de aquellos que se llaman
representantes del pueblo. Se aprobó tras el desastre humano de la II Guerra
Mundial para mantener la confianza en el poder de la democracia. Quien tenga
ganas puede echar un vistazo a la declaración original y juzgar por sí mismo…
Yo a la vista de lo sucedido durante todos estos años prefiero mostrar una
versión actualizada y reducida, conocida como la Declaración Universal
de los Desechos Humanos. Sinceramente, creo que se ajusta mucho más a la
realidad.
Artículo 1
Toda persona será considera mercancía y será tratada como tal. Se les
clasificará y se les pondrá precio en función de su origen, sexo, raza y
utilidad al sistema.
Artículo 2
Todos los seres humanos son iguales y tienen el mismo derecho a ser
explotados hasta la muerte en pos de un bien superior, es decir, el de los
creadores de esta declaración.
Artículo 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de
su persona siempre y cuando nos sea útil para el funcionamiento del engranaje
social. En caso contrario su vida no vale nada y deberá morir.
Artículo 4
Toda persona es susceptible de ser esclavizada. Según dónde viva podrá
optar entre dos opciones: esclavitud vieja escuela o dictadura del salario.
Artículo 5
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. A excepción de todos los que sean considerados enemigos del
sistema (reales o no) que conforman la inmensa mayoría de la población humana.
Artículo 6
Toda persona tendrá derecho a soñar con alcanzar la felicidad que le ofrece
el consumo. Asimismo, tiene la obligación de sentirse culpable por no
alcanzarla.
Artículo 7
En caso de
persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en
cualquier país. Toda persona que tenga varias cuentas bancarias con más de seis
dígitos, el resto serán considerados inmigrantes de mierda y tratados como
escoria.
Artículo 8
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de
religión. Siempre y cuando acepte el pensamiento único capitalista y la
religión del dinero. También tiene derecho a opinar y
expresar lo que los poderosos consideren oportuno.
Artículo 9
Toda persona tiene obligación de ganarse la vida con el sudor de su frente
a excepción de los que posean la riqueza económica y la propiedad de los medios
de producción.
Artículo 10
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e
internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración se hagan plenamente efectivos.