lunes, 17 de junio de 2019

CANSANCIO Y CONTROL



Retomando el último texto publicado en el blog, sigo dándole vueltas a como parece ir evolucionando el modelo social en el que estamos inmersos y las diferentes consecuencias que eso tiene para nosotros.
Hablaba de esa sociedad de la cadena de montaje, de la fábrica, de su rigidez de valores, en definitiva, de esa sociedad tan atada en corto. Así en ese momento se podía ver claramente aquello que más la definía en ese aspecto.
Una sociedad de control delimita claramente con sus muros físicos lo aceptable de lo inaceptable, convirtiendo así en locos y/o criminales a todos aquellos que no encajan en el estrecho marco de acción que estable. Sus parlamentos, sus cárceles, cuarteles, hospitales, colegios,… se encargan perfectamente de esta función. Sin embargo, toda esta maquinaria es harto pesada de mantener engrasada y a pleno rendimiento. Y vemos como, poco a poco, con la aparición y el predominio de ese nuevo modelo donde la fábrica pierde peso y la economía financiera (con todo lo que implica) se hace dueña y señora, surge la necesidad de acotar su funcionamiento para tan sólo casos especiales. Adoptando una nueva forma para su desempeño diario mucho más “económica” y que consume menos recursos y, por tanto, que la proporción del pastel a repartir entre las élites sea mayor. Una forma de control que es una “consecuencia natural” (así lo predisponen las teorías científicas) de la sociedad de consumo y del emprendimiento en la que estamos hundidos hasta el cuello.
Ahora el controlador ya no es externo, nosotros mismos nos encargamos de realizar esta labor. Y parece que lo hacemos realmente bien. La verdad es que nos lo ponen fácil. Basta con hacernos creer que lo tenemos todo a nuestro alcance, que cualquier hijo de vecino puede ser el nuevo rey del mambo y llevar una vida de lujo para que entreguemos todo nuestro arsenal de rebeldía interior. Miedo, avaricia, idiotez… razones múltiples que conducen al mismo lugar: sumisión a las reglas que otros han diseñado para nosotros.
Abandonada toda esperanza, nos lanzamos a la carrera por los senderos marcados, sin darnos cuenta de que todos son circulares. Todos nos llevan al punto de inicio, o lo que es lo mismo, a ninguna parte. Porque en esta sociedad, el final de la carrera es la muerte, sólo con el movimiento perpetuo puedes mantenerte a flote dentro de ella. Aunque eso signifique cronificar un cansancio vital que nos lleva a una especie de suicidio del espíritu, a una vida artificial, vacía. Ese cansancio vital es uno de los mayores factores de control en este nuevo modelo. A veces, lo podemos identificar como conformismo o apatía, pero en cualquier caso, eso no surge de la nada. Nace de una estrategia predeterminada por la que la velocidad se ha apoderado de todas nuestras acciones, no sólo produciendo beneficios para los capitalistas sino que también en todo aquello que debiera definirnos: el amor, la reflexión, la lucha y la resistencia, el compromiso… todo debe hacerse rápido, todo nos cansa en extremo. Así, es difícil no caer en el fracaso una y otra vez. Así es como nos sentimos cada vez más cansados, más derrotados, más predispuestos a controlarnos y ser controlados. Nos conduce a un inmovilismo vital que nos encierra en nosotros mismos o, en el mejor de los casos, en pequeños grupos humanos creados alrededor de una idea común que con el paso del tiempo se vacía de significado, si es que alguna vez lo tuvo.
El bucle puede no tener fin, quién sabe. Lo único cierto, al menos para mí, es que pasan los años y nada parece cambiar, nada hace sospechar que podamos ser capaces de romper sus paradigmas, sus estrategias. Aunque siempre he creído que en la derrota es donde uno empieza a vislumbrar la esperanza.
 

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4 comentarios:

Thomas dijo...

Lovely blog. Thanks for sharing with us.This is so useful.

Napoleón Ávila dijo...

¡Cansancio! Exigen tanto y exigen rapidez, rendimiento, productividad... incluso en actividades que exigen tiempo, como la reflexión y la escritura...Por eso hay malos libros,mala literatura: productos vacío s en contenido que expiran y detrás vienen más por la demanda...¡Cansancio! De sentir que no puedes ir al ritmo del éxito...

Quebrantando el Silencio dijo...

Thanks Thomas

Quebrantando el Silencio dijo...

Gracias por tu reflexión Napoleón. Da mucho que pensar ese final... eso de sentir que no puedes ir al ritmo del éxito.