Hace tiempo
escribí un texto que empezaba tal que así:
“El miedo
siempre está presente. Es una emoción básica y uno de los motores para bien o
para mal, de las sociedades humanas.
Siempre he
oído que hay que hacerlo cambiar de bando; pero el miedo está en ambos lados.
Simplemente, unos tienen las armas y las herramientas para protegerse de sus
miedos. Otros, nos las negamos.”
Hoy, el
miedo está muy presente en nuestras vidas. Fundamentalmente, miedo a perder lo
que cada cual tenga, miedo a que nada sea igual por mucho que lo que hubiera
con anterioridad no fuera precisamente lo ideal, lo deseado… pero, al fin y al
cabo, era algo y era de cada uno. Lo peor de esto es que nadie más allá de los
afines (ojalá sea así) va a hacer nada para quitarnos ese miedo. Más bien al
contrario.
El miedo
sirve de instrumento de control de las masas y ayuda a moldear un hecho
cultural (el famoso relato) y un instrumento de gobierno político a medida de
unos pocos. Nos machacan a diario, dicen que con la intención de
concienciarnos, azuzan para que el miedo no pare de crecer. Lo hacen a través
de una inmensa tela de araña que conforma la maquinaria del Poder (medios de
comunicación, policía, ejército, partidos políticos, sindicatos,...) nos exigen
grandes sacrificios a nivel personal así como una competitividad salvaje que
nos convierte en enemigos hasta de los supuestos “nuestros”; nos obligan a
aceptar un moldeamiento de las conciencias para encajarlo todo; Sobre todo, nos
sentencian a una sumisión total.
Al trenzar
este cúmulo de temores consiguen configurar una herramienta para el chantaje
individual y colectivo, previa depreciación de la vida en beneficio del mercado
y de la supuesta seguridad y bienestar colectivo. Cuando impera el miedo es más
fácil encontrar enemigos, señalarlos y hacerles culpables de cualquier cosa.
Más fácil para aquellos que lo necesitan, para los mismos de siempre. Se vive
mucho mejor con un enemigo al que culpar.
Y el miedo
va minando, se nota en los rostros de la gente, lo ves en esa pequeña franja que
queda visible en esta normalidad impuesta. Lo intuyes en el resto del cuerpo.
Nos achicamos y se crecen. Nos desarmamos y nos encierran. Lo aceptamos y
siguen ganando. El miedo se extiende poco a poco y junto a su hermano el
cansancio se antepone a todo y se acaba convirtiendo en conformismo y
pasividad, en una inercia de rendición. A pesar de toda la propaganda nada
bueno va a salir de aquí.
En esta
situación todo se complica. La línea temporal se rompe, sólo el presente
importa, aquí y ahora. Trabajar y consumir. Nada más, no hay propuesta
alternativa. En este tipo de no vida, se cultiva el miedo para evitar la
búsqueda de lo distinto: para evitar que la imaginación traspase las fronteras
del presente. Se cultiva el miedo como distracción, para evitar que la
precariedad de nuestras vidas nos empuje a pensar en nuevas formas sociales que
desborden lo diseñado para nosotros. Es por eso que en las situaciones de miedo
se aprovecha para legitimar el poder a base de leyes que no encuentran respaldo alguno; son
sólo el resultado de una prueba de fuerza. Y esta fuerza
no es más que la capacidad de infundir miedo, es decir, el método más rápido de
lograr un control social necesario para que todo siga igual (o peor).
6 comentarios:
Para superar el miedo y todo lo demás, el único camino es Jesucristo
El Cristo, como hecho cósmico y espiritual tuvo una misión, con su muerte entregar a la humanidad la libertad, quien no haya entendido eso aún, no ha entendido nada.
El miedo se supera en cooperación, fraternidad y en el hacer...
Hola
La intención del escrito no es ni quien ni como se supera el miedo. Más bien pretende reflexionar sobre cómo se utiliza ese miedo (tan natural como cualquier otra emoción) para el control social.
Si alguien quiere abrazar cualquier tipo de creencia para sentirse mejor que lo haga pero este no es el lugar.
No obstante, la cooperación, la fraternidad, el hacer y otros son factores necesarios para seguir adelante
Hola compa...
Darnos cuenta de cuánto nos condiciona el miedo es fundamental para poder gestionarle de la mejor manera posible
Es un hecho como lo están utilizando y no debemos dejarnos llevar por ese cansancio que produce
Somos válidos, cada cual con sus armas para afrontarlo... Ánimo
Hola
Gracias por pasarte y compartir.
No dejarse llevar resulta una tarea titánica en ocasiones aun imprescindible, al menos así lo siento pero parece tan sencillo hacer lo contrario.
Pero sí cada cual debe encontrar sus recursos y utilizarlos lo mejor que pueda.
Saludos.
Muchas gracias por su reflexión. Y, sí, es una tarea titánica no dejarse llevar por lo indefinido de los perfiles del futuro; sólo nos queda sobrevivir en piede lucha a las múltiples embestidas de ese monstruo llamado "3lit3". Saludos. .
Publicar un comentario