En repetidas ocasiones, sobre todo por estas fechas, se habla
del fracaso escolar, del altísimo número de casos que se da en el estado
español.
Se define el fracaso
escolar, según los expertos, como el hecho de concluir una determinada etapa en
la escuela con calificaciones no satisfactorias, lo que se traduce en la no
culminación de la enseñanza obligatoria.
Ésta es la definición por la que oficialmente tenemos a toda
la maquinaria educativa preocupada. La palabra maquinaria no está elegida al
azar ni mucho menos, al contrario creo que es la que representa más fielmente
el entramado que conforman profesorado, equipos psicopedagógicos, funcionarios
de la inspección educativa y todos aquellos que contribuyen a mantener en pie
esta enormidad llamada sistema educativo.
Año tras año todos estos eslabones de la cadena se afanan por
quitarse de encima la responsabilidad (sobre todo los que presentan un perfil
de funcionariado más desarrollado) achacándolo todo al constante cambio de
políticas educativas, la falta de recursos
económicos (éste es uno de los temas estrella en el listado de las
excusas), la elevada proporción de alumnado en las clases, la excesiva carga de
trabajo, etc. También existen, los menos, que a parte de todo esto intentan,
con buena voluntad pero falta de realismo, introducir cambios pedagógicos
innovadores que les permitan mejorar esos resultados tan catastróficos que
arrojan los estudios sobre fracaso escolar. Por supuesto, esto último es una
lucha estéril teniendo en cuenta que es una lucha contracorriente.
Por un lado, lucha contra los intereses del propio Estado y
de la clase dominante, quienes han creado y manejado un sistema cuya finalidad
es la de inculcar y adoctrinar sobre las normas esenciales que rigen nuestra
sociedad. Es decir, preparar a cada individuo para su posición dentro de la
escala social y fomentar el orden establecido a través de la sumisión y la
obediencia. Por tanto cualquier intento de cambio que no afecte a la sustancia
misma del sistema se queda en mero maquillaje que no conlleva a nada.
Por otro lado, contra el propio sistema educativo puesto que
al estar al servicio de la maquinaria social es necesario que vez expulse a más
jóvenes sin titulación alguna para que pasen a engrosar las filas del batallón
de desempleados y/o a formar parte de esa economía de esclavitud a la que el
capitalismo nos empuja inexorablemente. El sistema no necesita excesiva gente
preparada para trabajar, necesita grandes cantidades de mano de obra barata
dispuesta a trabajar por un mendrugo de pan si es necesario y a eso es a lo que
se dedica.
Eso sí, durante todos esos años de escolarización obligatoria
que el poder disfraza bajo ese lema tan bonito de derecho a la educación,
contribuyendo así a apuntalar esa monumental estafa que supone el igualar la escolarización
con la educación y el derecho (algo que por definición puedes ejercer o no) con
la obligación (algo que ineludiblemente debes realizar bajo amenaza de castigo).
El sistema ha realizado su trabajo casi a la perfección modelando y fabricando
generaciones enteras de seres humanos totalmente integrados en la sociedad del
trabajo y de consumo y con grandes carencias a la hora de afrontar con
criticismo cualquier situación o información que se les presente.
Es por ello, que pongo en duda la expresión “fracaso
escolar”. Es más creo que muy al contrario vivimos en la época del absoluto
éxito escolar hasta el punto de haber conseguido que las propias personas que
sufren o han sufrido el terrible peso de este sistema estén dispuestas a luchar
por mantenerlo incólume. Este éxito escolar, sumado a otros factores, ha
conseguido crear una gran masa de adeptos incapaz siquiera de imaginar una
realidad social diferente a la aprendida y acatada durante un largo periodo de
tiempo (en el mejor de los casos un mínimo de 10 años) especialmente sensible
en la formación de la esencia humana.
Sin embargo, sí hay un fracaso escolar que preocupa al poder
y sobre el que recae el peso de toda la maquinaria de coerción que el Estado es
capaz de poner en marcha. Curiosamente, sobre este hecho no se pone a la
comunidad educativa a trabajar sino que se recurre a los diferentes niveles
represivos que van desde la maquinaria de los servicios sociales, pasando por
la policial y acabando en la judicial. Lo que al poder le preocupa no es la
cantidad de jóvenes que finalizan su paso por el sistema sin obtener sin
obtener titulación alguna sino que haya personas que no pasan por el sistema.
Así vemos las dificultades de poner en marcha realidades educativas
alternativas, por ejemplo las de educación en casa o las escuelas libres, y de
su constante persecución.
Así pues, cuando volvamos a escuchar el manido discurso de
las altas cifras de fracaso escolar tal vez debamos preguntarnos si realmente
es un tema tan preocupante como nos intentan vender o por el contrario debemos
empezar a comprender que el fracasado es el propio sistema escolar y de
adoctrinamiento. En ese caso, debería convertirse en prioridad absoluta de todo
movimiento, organización o personas que dicen querer cambiar la realidad del
sistema social la construcción de alternativas a esta inmensa máquina de
fabricar peones del sistema en serie.
4 comentarios:
Hola, es la primera vez que veo este blog, le echare un vistazo y te dejo enlaces hacia el mio donde hago reflexiones tambien sobre el sistema educativo y como se le podria cambiar, ya que comparto contigo que educacion tiene que existir pero esto pasa por eliminar (o aislarse del) sistema represivo escolar, no pasar todos esos años de rutina encerrado en aulas, ni pasar por examenes ni tener compromiso alguno solo por conseguir un documento que cada vez supone menos una garantia de poder tener una vida simplemente digna en un futuro.
Aqui te dejo varios de los enlaces donde se hizo debate, y creo que deberiamos colaborar de alguna forma, un saludo!
paramisonenigmas.wordpress.com/2013/01/17/panfleto-a-difundir/
http://paramisonenigmas.wordpress.com/2012/12/19/relacion-entre-esclavitud-y-las-escuelas/
http://paramisonenigmas.wordpress.com/2013/01/08/crear-una-revista-tema-educacion/
Por lo demas te propongo seguir mi blog y yo comentare por aqui. :)
Hola
Gracias por pasarte y dejar los enlaces voy a echarles un vistazo y seguro estaremos en contacto.
Un saludo.
saludos,
como profesor y, parte del entremado, del sistema y de la "máquinaria educativa" veo que cada vez está más de moda un deporte nacional: el "tiremos las culpas a los profesores": ellos son los culpables, demasiadas vacaciones, cobran demasiado, etc...
En primer lugar, el sistema educativo (del cual hay muchas cosas con las cuales no estoy de acuerdo e intento cambiar en mis clases en la medida que me sea posible)no es más que la consecución de las diferentes políticas educativas, de las cuales muchas veces la comunidad educativa (incluyendo a los padres de los alumnos y los propios alumnos) no es consultada o directamente es ignorada.
En segundo lugar, la educación como proceso cognitivo no es competencia exclusiva del profesorado. Si todos los agentes implicados en la educación (padres, profesores, alumnos, etc.) no se implican, poco podría hacer yo si no recibo el apoyo necesario.
Tema económico: estoy dispuesto a admitir que quizás y vistas las circunstancias actuales, el salario sea alto pero ojo; en confrontación a otras personas que esten en el mismo nivel de formación. Lo que no consiento que me venga el político o el demagógo de turno desde su poltrona pontificando, cuando él cobra mucho más por mucho menos y su formación es inferior a la que han debido de tener, entre muchas otras profesiones, los docentes. Un ejemplo es ver los actuales ministros del gobierno.
"los profesores son vagos": claro. ¿Y que hay del resto de trabajadores que no desempeñan bien su función? ¿Es que solo se rascan la barriga los profesores? Parece que el tópico se extiende a medida que incrementa el desconocimiento de la realidad del profesor. Y que conste que la situación del profesor no es la única en que se ve en dificultades laborales en su puesto de trabajo. No son pocos los casos, por desgracia, de gente que trabaja en condiciones ínfimas por mucho menos de lo que les correspondería. Y aquí tambien incluyo a parte de la comunidad docente.
En fin, tenía que decirlo porque no todo es "represión" y/o "adoctrinamiento". Si hay que cambiar el sistema, se cambia, en eso stoy de acuerdo. Pero hay que mirar las causas reales de la degeneración en la educación y hay que empezar desde arriba, a las clases dirigentes.
Un saludo
Canto medianamente bien, sé bailar y no dibujo mal del todo. También sé cocinar, planchar y colocar un enchufe. Puedo arreglar una moto y defenderme con el ordenador cuando se viene abajo. Monto en bici, patino y escalo. De cuando en cuando armo un mueble o pinto la casa. Pero soy un fracaso escolar.
El fracaso solo se concibe cuando se compara con algo que se considera como éxito. Lo que en esta sociedad es un fracaso en otra podría no serlo, incluso podría ser un triunfo. Más que de fracaso, debería hablarse de inadaptación, de no ajustarse a la pauta y a la norma. Lo que habitualmente se entiende por fracaso escolar consiste en no lograr el título académico mínimo, aquel que certifica que se ha superado la enseñanza obligatoria, de un determinado sistema educativo. Cuando esto sucede, cuando alguien no consigue el papel que lo avala, se considera que ha fracasado, que no ha cumplido con aquello que el sistema esperaba de él. Y no solo eso, sino que, además, se le hace responsable de ello. Y lo es; pero no el único: como poco, también son responsables los profesores, la escuela en su conjunto, las autoridades y las políticas educativas, los gobiernos que las implantan y las familias. Es responsable el sistema y somos responsables todos, por establecer una titulación mínima, un rasero, olvidando que no hay dos personas iguales y pretendiendo que lo sean.
http://www.otraspoliticas.com/educacion/fracaso-escolar
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