sábado, 4 de mayo de 2013

Y PASÓ EL DÍA DEL TRABAJADOR


Millones de personas sin posibilidad de acceder a un pequeñito pedazo del pastel a través del trabajo asalariado, se ven forzadas a la exclusión y al estigma de la limosna arrojada desde la atalaya del poder a través de su servicio de caridad en forma de subsidios y ayudas. Insuficientes para vivir de forma digna pero suficiente para tapar bocas y maniatar espíritus con inquietudes rebeldes.

El doble de personas condenadas a callar y obedecer por miedo a perder trabajos que en el mejor de los casos te permiten llegar a fin de mes, en otros llega justo para devolvérselos al poder a través de hipotecas, recibos y demás transferencias. En la mayoría de los casos ni siquiera sirve para poder alimentarse de manera suficiente.

Con esta situación parece lógico que las gentes y organizaciones posicionadas frente al sistema capitalista iniciaran (o continuaran de manera más profunda) la lucha por crear nuevas formas de acceso a la riqueza. Ya basta de pedir el reparto del trabajo y la riqueza. Nos cansamos de repetir que el trabajo asalariado es esclavitud pero salimos a la calle a gritar contra las leyes que lo regulan y no contra la esencia de esa maldita obligación que nos han impuesto.

Se lucha por la defensa del derecho al trabajo, ¿qué derecho? En esta sociedad no existe tal cosa, existe la obligatoriedad de trabajar. Un derecho es real cuando existe la opción de elegir. No podemos elegir no trabajar asalariadamente (al menos no dentro de esta sociedad), dependemos del salario para comer. No hay más.

Es la hora de plantearse una ofensiva acerca del mundo del trabajo asalariado, no es posible que las organizaciones y gentes que se definen como anticapitalistas basen toda su acción y estrategia en reivindicaciones en torno a mejoras en las condiciones de trabajo, sin plantear en ningún momento una alternativa a la esclavitud de las personas  asalariadas. Parece razonable reivindicar mejoras laborales ante la situación en la que estamos envueltos, pero acompañarlas de eslóganes más que mascados y ponerle a esto la etiqueta de anticapitalista sólo conduce a la negación misma de lo que debería ser el anticapitalismo y a dar una imagen de él totalmente contraproducente.

El paso por el mercado de trabajo como requisito indispensable para acceder a la riqueza es uno de los mecanismos fundamentales que sustenta el capitalismo en cualquiera de sus modalidades (ya sea privado o estatal). Esto nos convierte automáticamente en seres dependientes y dispuestos a aceptar cualquier imperativo con tal de no quedar excluidos de la sociedad de la que formamos parte.

No es posible una sociedad anticapitalista con trabajo asalariado. Iniciar el trabajo para romper el mito que une trabajo asalariado y acceso a la riqueza es fundamental para la luchar contra este sistema. Sustituir este dogma es un paso imprescindible para iniciar el camino hacia una sociedad verdaderamente libre. Liberarnos del peso que significa tener que ocupar nuestra energía y nuestro tiempo en conseguir y mantener, cueste lo que cueste, un trabajo nos impide ver e ir más allá. El trabajo domina de tal manera nuestras vidas que acaba por absorber nuestra esencia misma y acabamos definiéndonos como personas en función del trabajo que desempeñamos (basta hacer un pequeño experimento, preguntad a varias personas cómo se definen, qué son y te contestarán diciéndote de qué trabajan).

Esta situación se ha visto reflejada una vez más este 1º de Mayo donde se ha vuelto a demostrar la falta real de alternativas que, de forma explícita, se posicionen frente a este sistema criminal que nos ahoga cada día más. Es cierto que ha habido gran cantidad de manifestaciones autodenominadas anticapitalistas (con mayor o menor participación en función de la ciudad que se mire), aunque personalmente, creo que ha sido algo más folclórico que otra cosa. Una nueva demostración de lo vacío de contenido que está todo el espectro anticapitalista existente.

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10 comentarios:

Lus dijo...

Antes que nada, no es el día del Trabajo, sino el Día del Trabajador, del productor que vive de vender su fuerza de trabajo para poder vivir. Conmemoramos también el día en que se convocó la huelga general en EEUU por la jornada laboral de 8h en 1886, a la vez, se homenajea a los Mártires de Chicago, 8 anarquistas encarcelados, de los cuales 5 fueron ahorcados y el restante, condenados a cadena perpetua.

Lamentablemente tenemos que asumir esta contradicción entre el trabajo asalariado y la reivindicación del reparto de la riqueza. Sin embargo, veo esta reivindicación adecuada para estos tiempos en que la conciencia revolucionaria solo reside en unas minorías. Sirve para intentar frenar los atropellos del neoliberalismo y tener lo poco que nos queda de aire y que el agua no suba más del cuello. Eso sí, conforme se vayan consiguiendo los objetivos, se ha de aspirar a reivindicaciones más radicales, eso es ya cuando el trabajo de las minorías revolucionarias hayan transformando las voluntades de las mayorías y comience así el proceso de creación de órganos de decisión para la autogestión de los medios de producción y los instrumentos de trabajo expropiados de la burguesía.

Por otra parte, el trabajo en sí no tiene nada de malo, es el sistema salarial el que hace del trabajo una tarea alienante.

Erik Redflame dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. Ahora ya no nos necesitan ni para explotarnos, aunque los pobrecitos de mente sólo piden una cosa en la vida, trabajo, sea cual sea y en la condición que sea. Incluso se sienten afortunados y hasta más listos que la media, porque ellos trabajan mientras que otros no pueden ni siquiera hacerlo en esas lamentables condiciones. Pero hoy día los pimientos del piquillo vienen del Perú, las cebollas de Francia y todo lo demás de China, así que nosotros no producimos nada y por lo tanto no hay trabajo, ni bueno ni malo. Salud

Quebrantando el Silencio dijo...

Hola Lus

Cierto que el trabajo en sí no tiene nada de malo. Es la imperiosa obligatoriedad de trabajar asalariadamente para poder sobrevivir, la que lo convierte en el arma perfecta de esclavitud.

Hay que reivindicar el reparto de la riqueza, pero también hay que crear vías para que este reparto no proceda exclusivamente del trabajo asalariado.

Por otro lado, no todo el trabajo asalariado existente hoy día debe ser expropiado y autogestionado, muchos medios de producción deben ser simplemente eliminados. No los necesitamos.

Un saludo.

Quebrantando el Silencio dijo...

Hola Johnny

Muchos piden trabajo cuando en realidad lo que quieren pedir es el fruto que se nos da por ese trabajo: el salario.

Hemos perdido la perspectiva de que el trabajo es un medio y no un fin.

Un saludo.

Alberto dijo...

Luis, tu comentario suena a como si hubiera sido escrito en el siglo XIX, pero estamos en el XXI, ¿lo recuerdas? El trabajo asalariado siempre será una humillación. Y defenderlo, es defender el Capitalismo y por lo tanto, al Estado. A ver si pasamos página y olvidamos de una vez todas las tonterías absurdas del Marxismo. ¿Por qué no creamos algo nuevo? ¿Tanto nos han destruido la mente que necesitamos apoyarnos en textos e ideologías de hace 200 años?

Saludos.

Ángel Trasobares Castillo dijo...

Muy buen artículo. Suscribo tus palabras, sin duda, el trabajo asalariado es una forma de explotación en el que se sustenta este sistema.
Salud.

Unknown dijo...

También a mi me ha parecido un buen artículo, ¿podría republicarlo?

Quebrantando el Silencio dijo...

Hola

Por supuesto Unknown, puedes publicarlo donde quieras. Estaría bien que dejaras el enlace por aquí para poder verlo.

Un saludo y gracias por la difusión.

Anónimo dijo...

LE RECOMIENDO PARA LA PROFUNDIZACION TEORICA AL AUTOR DEL BLOG
MANIFIESTO CONTRA EL TRABAJO DEL GRUPO KRISIS

CONTRA LA DEMOCRACIA DEL GRUPO COMUNISTA INTERNACIONALISTA

LA INSURRECCION QUE VIENE DE COMITE INVISIBLE

EL COMUNISMO NO HA EMPEZADO TODAVIA DE BITOT

Quebrantando el Silencio dijo...

Hola Anónimo, gracias por las recomendaciones.

Un saludo.