Millones de personas
sin posibilidad de acceder a un pequeñito pedazo del pastel a través del
trabajo asalariado, se ven forzadas a la exclusión y al estigma de la limosna
arrojada desde la atalaya del poder a través de su servicio de caridad en forma
de subsidios y ayudas. Insuficientes para vivir de forma digna pero suficiente
para tapar bocas y maniatar espíritus con inquietudes rebeldes.
El doble de personas
condenadas a callar y obedecer por miedo a perder trabajos que en el mejor de
los casos te permiten llegar a fin de mes, en otros llega justo para
devolvérselos al poder a través de hipotecas, recibos y demás transferencias.
En la mayoría de los casos ni siquiera sirve para poder alimentarse de manera
suficiente.
Con esta situación
parece lógico que las gentes y organizaciones posicionadas frente al sistema
capitalista iniciaran (o continuaran de manera más profunda) la lucha por crear
nuevas formas de acceso a la riqueza. Ya basta de pedir el reparto del trabajo
y la riqueza. Nos cansamos de repetir que el trabajo asalariado es esclavitud
pero salimos a la calle a gritar contra las leyes que lo regulan y no contra la
esencia de esa maldita obligación que nos han impuesto.
Se lucha por la defensa
del derecho al trabajo, ¿qué derecho? En esta sociedad no existe tal cosa,
existe la obligatoriedad de trabajar. Un derecho es real cuando existe la
opción de elegir. No podemos elegir no trabajar asalariadamente (al menos no
dentro de esta sociedad), dependemos del salario para comer. No hay más.
Es la hora de
plantearse una ofensiva acerca del mundo del trabajo asalariado, no es posible
que las organizaciones y gentes que se definen como anticapitalistas basen toda
su acción y estrategia en reivindicaciones en torno a mejoras en las
condiciones de trabajo, sin plantear en ningún momento una alternativa a la
esclavitud de las personas asalariadas. Parece
razonable reivindicar mejoras laborales ante la situación en la que estamos
envueltos, pero acompañarlas de eslóganes más que mascados y ponerle a esto la
etiqueta de anticapitalista sólo conduce a la negación misma de lo que debería
ser el anticapitalismo y a dar una imagen de él totalmente contraproducente.
El paso por el mercado
de trabajo como requisito indispensable para acceder a la riqueza es uno de los
mecanismos fundamentales que sustenta el capitalismo en cualquiera de sus
modalidades (ya sea privado o estatal). Esto nos convierte automáticamente en
seres dependientes y dispuestos a aceptar cualquier imperativo con tal de no
quedar excluidos de la sociedad de la que formamos parte.
No es posible una
sociedad anticapitalista con trabajo asalariado. Iniciar el trabajo para romper
el mito que une trabajo asalariado y acceso a la riqueza es fundamental para la
luchar contra este sistema. Sustituir este dogma es un paso imprescindible para
iniciar el camino hacia una sociedad verdaderamente libre. Liberarnos del peso
que significa tener que ocupar nuestra energía y nuestro tiempo en conseguir y
mantener, cueste lo que cueste, un trabajo nos impide ver e ir más allá. El
trabajo domina de tal manera nuestras vidas que acaba por absorber nuestra
esencia misma y acabamos definiéndonos como personas en función del trabajo que
desempeñamos (basta hacer un pequeño experimento, preguntad a varias personas cómo
se definen, qué son y te contestarán diciéndote de qué trabajan).
Esta situación se ha
visto reflejada una vez más este 1º de Mayo donde se ha vuelto a demostrar la
falta real de alternativas que, de forma explícita, se posicionen frente a este
sistema criminal que nos ahoga cada día más. Es cierto que ha habido gran
cantidad de manifestaciones autodenominadas anticapitalistas (con mayor o menor
participación en función de la ciudad que se mire), aunque personalmente, creo
que ha sido algo más folclórico que otra cosa. Una nueva demostración de lo
vacío de contenido que está todo el espectro anticapitalista existente.
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10 comentarios:
Antes que nada, no es el día del Trabajo, sino el Día del Trabajador, del productor que vive de vender su fuerza de trabajo para poder vivir. Conmemoramos también el día en que se convocó la huelga general en EEUU por la jornada laboral de 8h en 1886, a la vez, se homenajea a los Mártires de Chicago, 8 anarquistas encarcelados, de los cuales 5 fueron ahorcados y el restante, condenados a cadena perpetua.
Lamentablemente tenemos que asumir esta contradicción entre el trabajo asalariado y la reivindicación del reparto de la riqueza. Sin embargo, veo esta reivindicación adecuada para estos tiempos en que la conciencia revolucionaria solo reside en unas minorías. Sirve para intentar frenar los atropellos del neoliberalismo y tener lo poco que nos queda de aire y que el agua no suba más del cuello. Eso sí, conforme se vayan consiguiendo los objetivos, se ha de aspirar a reivindicaciones más radicales, eso es ya cuando el trabajo de las minorías revolucionarias hayan transformando las voluntades de las mayorías y comience así el proceso de creación de órganos de decisión para la autogestión de los medios de producción y los instrumentos de trabajo expropiados de la burguesía.
Por otra parte, el trabajo en sí no tiene nada de malo, es el sistema salarial el que hace del trabajo una tarea alienante.
Totalmente de acuerdo contigo. Ahora ya no nos necesitan ni para explotarnos, aunque los pobrecitos de mente sólo piden una cosa en la vida, trabajo, sea cual sea y en la condición que sea. Incluso se sienten afortunados y hasta más listos que la media, porque ellos trabajan mientras que otros no pueden ni siquiera hacerlo en esas lamentables condiciones. Pero hoy día los pimientos del piquillo vienen del Perú, las cebollas de Francia y todo lo demás de China, así que nosotros no producimos nada y por lo tanto no hay trabajo, ni bueno ni malo. Salud
Hola Lus
Cierto que el trabajo en sí no tiene nada de malo. Es la imperiosa obligatoriedad de trabajar asalariadamente para poder sobrevivir, la que lo convierte en el arma perfecta de esclavitud.
Hay que reivindicar el reparto de la riqueza, pero también hay que crear vías para que este reparto no proceda exclusivamente del trabajo asalariado.
Por otro lado, no todo el trabajo asalariado existente hoy día debe ser expropiado y autogestionado, muchos medios de producción deben ser simplemente eliminados. No los necesitamos.
Un saludo.
Hola Johnny
Muchos piden trabajo cuando en realidad lo que quieren pedir es el fruto que se nos da por ese trabajo: el salario.
Hemos perdido la perspectiva de que el trabajo es un medio y no un fin.
Un saludo.
Luis, tu comentario suena a como si hubiera sido escrito en el siglo XIX, pero estamos en el XXI, ¿lo recuerdas? El trabajo asalariado siempre será una humillación. Y defenderlo, es defender el Capitalismo y por lo tanto, al Estado. A ver si pasamos página y olvidamos de una vez todas las tonterías absurdas del Marxismo. ¿Por qué no creamos algo nuevo? ¿Tanto nos han destruido la mente que necesitamos apoyarnos en textos e ideologías de hace 200 años?
Saludos.
Muy buen artículo. Suscribo tus palabras, sin duda, el trabajo asalariado es una forma de explotación en el que se sustenta este sistema.
Salud.
También a mi me ha parecido un buen artículo, ¿podría republicarlo?
Hola
Por supuesto Unknown, puedes publicarlo donde quieras. Estaría bien que dejaras el enlace por aquí para poder verlo.
Un saludo y gracias por la difusión.
LE RECOMIENDO PARA LA PROFUNDIZACION TEORICA AL AUTOR DEL BLOG
MANIFIESTO CONTRA EL TRABAJO DEL GRUPO KRISIS
CONTRA LA DEMOCRACIA DEL GRUPO COMUNISTA INTERNACIONALISTA
LA INSURRECCION QUE VIENE DE COMITE INVISIBLE
EL COMUNISMO NO HA EMPEZADO TODAVIA DE BITOT
Hola Anónimo, gracias por las recomendaciones.
Un saludo.
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