En los últimos dos años se han realizado tres reformas referidas al trabajo de los jóvenes para tratar de combatir (sic) el altísimo paro juvenil que ronda el 50% oficialmente pero que como todos sabemos a estas alturas, eso implica un número mucho mayor. Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que alrededor del 80% del empleo que se destruye es el que realizan los jóvenes.
Los “entendidos en la materia” explican este índice de paro debido a la rigidez del mercado de trabajo y el alto índice de fracaso escolar que hace que muchos jóvenes no tengan ningún tipo de titulación. Sin embargo, esto choca con el tan cacareado mantra de que estamos ante la generación de jóvenes más preparada de la historia (esta última afirmación debería hacernos reflexionar acerca del sistema de educación-adoctrinamiento que llevamos padeciendo desde hace décadas).
Veamos cómo estas tres reformas han acercado a los jóvenes al mundo de la esclavitud, perdón, del trabajo.
PRIMERA REFORMA LABORAL (Ley 35/2010)
Se modifican los contratos para la formación y el aprendizaje y el contrato en prácticas reconociéndoles, por fin, protección por desempleo. Esto que parece un acierto total, tiene su truco. Los costes sociales de dicha protección (lo que pagan empresas y trabajadores a la seguridad social) no recaen en las empresas que tienen sus cuotas bonificadas por el Estado, la parte de los trabajadores también está exenta aunque aquí se compensa con sueldos raquíticos, sin olvidar que cuando decimos que paga el Estado estamos diciendo que pagamos todos.
También se promociona el contrato de fomento indefinido para jóvenes, esto es, un contrato indefinido con una indemnización por despedido menor de lo normal (o sea más que ridícula). Este contrato también tiene las cuotas a la Seguridad Social subvencionadas por cortesía del pueblo.
SEGUNDA REFORMA (Real Decreto Ley 10/2011 )
Se vuelve a reformar el contrato para la formación y el aprendizaje. La principal novedad es la ampliación por decreto ley de la época vital conocida como juventud. A partir de este momento, se extiende hasta los 30 años (antes era hasta los 25). También se amplia la duración mínima del contrato de seis meses a un año. Esta consideración va muy en la línea que mantienen los Estados acerca de la “inmadurez” del pueblo, en la que se escudan para hacer y deshacer a su antojo.
Todo esto se traduce en contratos precarios y flexibles (cómo les gusta esta palabra) sobre todo en condiciones y retribución para todos aquellos entre 16 y 30 años. A esto se le suman las bonificaciones a las cuotas de la Seguridad Social que como es costumbre para el fomento del empleo corren a cargo de los contribuyentes.
TERCERA REFORMA (Real Decreto 1543/2011)
Se regulan las prácticas no laborables en empresas. Este nuevo decreto es el reconocimiento explícito del fracaso de las anteriores reformas sobre el “empleo juvenil” (esta modalidad es para gente entre 18 y 25 años), sin embargo, lejos de tratar de revertir la situación tan precaria en que se encuentra esta población dan un paso más allá y lanzan una nueva modalidad de trabajo: el trabajo-miseria.
El trabajo-miseria es un mecanismo previo de inserción laboral para gente joven con cualificación profesional pero sin experiencia laboral o casi.
La denominación de no laboral se refiere a que no se percibe un salario a cambio. Como, de momento, la esclavitud explícita no está permitida se dispone que las empresas den una beca a sus trabajadores por el 80% del IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos o Múltiples) que es de 532.51 euros al mes. Es decir, que “cobrarán” una beca de 426 euros al mes por trabajar. Así es, se legaliza el trabajo con retribuciones por debajo del Salario Mínimo Interprofesional que teóricamente es lo mínimo que un trabajador puede cobrar para poder subsistir.
Todo este tinglado de las prácticas no laborales se organiza de la siguiente manera:
- Se establecen convenios de colaboración entre empresas y servicios públicos de empleo.
- El proceso de selección corre a cargo de las empresas.
- Las prácticas son dirigidas y supervisadas por un tutor en la empresa.
- El periodo de duración es de entre seis y nueve meses.
- Se les incluye en el régimen de la Seguridad Social pero no a efectos de desempleo.
Esta nueva reforma presenta a las empresas como un modelo a seguir por su compromiso moral con la formación de nuestros jóvenes. La cruda realidad es que esta reforma viene a legalizar el tener trabajando a personal cualificado durante nueve meses por un sueldo de 426 euros al mes.
Visto lo visto, hemos llegado a un punto de no retorno, a partir del cual las cosas sólo pueden empeorar. Teniendo en cuenta que ya se ha legalizado el trabajo esclavista para los jóvenes, los siguientes pasos que, por lógica, se van a dar van a ser la extensión de estas mismas condiciones para todos los trabajadores. Y es que nuestros políticos han hecho suyo el lema de repartir el trabajo y la riqueza, lo que pasa que la segunda parte no la han comprendido bien y sólo reparten la riqueza entre aquellos que ya se han adueñado de ella.
Yendo un paso más allá, y haciendo un poco de política ficción, se puede intuir que en próximas fechas las nuevas reformas irán encaminadas a trabajar a cambio de nada y, finalmente, a pagar por trabajar. Siempre que no nos decidamos de una vez, a hacer valer nuestras fuerza como trabajadores y realizar nuestra propia reforma laboral consistente en la toma de los medios de producción y en la consecuente abolición del trabajo asalariado.
4 comentarios:
Hay que tener en cuenta que los legisladores están a las órdenes de quien considera que el trabajo es una mercancía, un coste que se debe reducir para aumentar el sacrosanto beneficio.
También se busca la sumisión.
Saludos
Hola unsui
las sucesivas reformas van encaminadas a la mercantilización de la mano de obra. Nos tratan como mercancía y aprovechan la situación para rebajar las condiciones laborales para ponerlas prácticamente al nivel del trabajo esclavo.
Más que buscar la sumisión, creo que cuentan con nuestra sumisión y nuestra falta de unidad para la confrontación.
Un saludo.
hola raul,totalmente de acuerdo,la sumision es el peor enemigo que tenemos,conforme nos han puesto las cosas o lo aceptamos o nos morimos de asco que como me dijo cierto cacique por menos precio los tengo rubios,negros,altos o gordos ¡y a tragar! tanto hipotecarse y vender el futuro ya sabia yo que no traeria nada bueno,pero era predicar en el desierto, un abrazo
Hola Jotake
A eso precisamente están jugando, a que aceptas ser esclavo o te mueres literalmente. Encima tienen la jeta de venderlo como una gran labor que hacen las empresas por el bien del pueblo.
Y nosotros a tragar.
Un saludo.
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