Pasados unos días desde el 19-J, es momento de hacer balance de lo vivido en primera persona.
Ante todo, debo decir que compartir esa jornada de protesta con más de 6.000 personas es una sorpresa y una alegría enorme. Para todos aquellos a los que esta cantidad de personas os parece irrisoria, quiero aclararos que la manifestación a la que asistí y de la que os hablo tuvo lugar en la ciudad de Castellón. Efectivamente, la ciudad de los caciques populares, la ciudad de los aeropuertos para las personas, de los tranvías sin destino, del inmovilismo por antonomasia.
Dicen los más viejos del lugar que les costaba recordar una manifestación tan numerosa en las últimas décadas y se mostraban encantados ante el espectáculo que ofrecía semejante multitud.
Para los que conozcáis la ciudad, baste decir que la manifestación ocupaba toda la avenida Rey Don Jaime y la plaza Clavé; para los que no la conozcáis, imaginaros una de las arterias más importantes de vuestra ciudad repleta de personas.
Ante todo, debo decir que compartir esa jornada de protesta con más de 6.000 personas es una sorpresa y una alegría enorme. Para todos aquellos a los que esta cantidad de personas os parece irrisoria, quiero aclararos que la manifestación a la que asistí y de la que os hablo tuvo lugar en la ciudad de Castellón. Efectivamente, la ciudad de los caciques populares, la ciudad de los aeropuertos para las personas, de los tranvías sin destino, del inmovilismo por antonomasia.
Dicen los más viejos del lugar que les costaba recordar una manifestación tan numerosa en las últimas décadas y se mostraban encantados ante el espectáculo que ofrecía semejante multitud.
Para los que conozcáis la ciudad, baste decir que la manifestación ocupaba toda la avenida Rey Don Jaime y la plaza Clavé; para los que no la conozcáis, imaginaros una de las arterias más importantes de vuestra ciudad repleta de personas.
Personalmente, estoy muy satisfecho porque empiezo a ver que la gente deja de corear consignas sin sentido en favor de propuestas que sólo son pequeños parches al sistema y empieza a reclamar verdaderas alternativas al sistema. Mención especial merecen todas las consignas referidas a nuestro político más popular (nunca mejor dicho) Carlos Fabra.
Esta manifestación ha supuesto un enorme empujón al esfuerzo que muchas personas realizamos en el día a día por tratar de construir algo grande y verdaderamente revolucionario. Supone un espaldarazo a muchas horas de dedicación, pero eso sí, es tan sólo el inicio de un movimiento que debe llevarnos sin remisión a una alternativa al sistema capitalista que nos permita a los seres humanos y a la Tierra situarnos por encima de los beneficios económicos.
2 comentarios:
No digo Dios te oiga porque no creo en Dios, pero a ver si oyen el clamor del pueblo los que tienen que oirlo. Ojalá todo este esfuerzo que estamos haciendo tenga buen fin.
Saludos!
Hola Miazul, el clamor se oye. No sé si lo escuchan pero se oye.
Un saludo y ánimo.
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