Con este artículo vamos a iniciar una serie dedicada a algunos de los ganadores del Premio Nobel de la Paz, en concreto, nos vamos a centrar en aquellos personajes que deberían haber ardido por un fenómeno de autocombustión espontánea en el preciso instante de recoger dicho premio si la justicia divina existiera.
Empezamos este viaje hablando de Henry A. Kissinger, probablemente uno de los criminales más sanguinarios de la historia de la humanidad.
Nacido en Alemania en 1923, tuvo que salir de allí en 1938 a causa de su origen judío y marcharse a los Estados Unidos donde obtuvo la nacionalidad en 1943. El joven Henry era un chico inteligente y, por ello, estudió ciencias políticas en Harvard. Breve paso por la marina (nada de frentes, ya por entonces se manejaba en cuestiones de inteligencia y estrategia) y de ahí de cabeza al grupo de jóvenes promesas amparadas por la familia Rockefeller (familia a la que a día de hoy sigue sirviendo). Empezó a destacar en los círculos políticos siendo uno de los máximos defensores de las armas nucleares y de la intervención estadounidense en el extranjero.
El inicio de su carrera internacional no pudo ser más espectacular. En 1968 y tras cuatro años de participación oficial en la guerra de Vietnam, extraoficialmente llevaban allí más de diez años apoyando a Vietnam del Sur, se iniciaron unas conversaciones de paz bajo el mandato del presidente Johnson. Kissinger estaba allí formando parte del equipo negociador pero, en secreto, había pactado con Nixon joder aquel intento para facilitarle el acceso a la Casa Blanca. Dicho y hecho, un año después Nixon era presidente y Kissinger Secretario ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional. A partir de este momento se iniciaron los bombardeos más duros de la guerra utilizando todo tipo de armamento biológico (esto sí que eran armas de destrucción masiva). Al mismo tiempo se iniciaron los bombardeos secretos sobre Laos y Camboya (países con los que EEUU no estaba en guerra) arrasándolos puesto que estos pobres países no estaban preparados para defenderse. A pesar de todo, no podían vencer y decidieron reanudar las conversaciones de paz en 1973 con Kissinger al frente.
Este tratado de paz le valió el Nobel ese mismo año junto al norcoreano Le Duc Tho, quien se negó a recogerlo junto a aquel demonio norteamericano.
Veamos las consecuencias de las acciones del premio Nobel hasta aquí. La guerra de Vietnam dejó casi seis millones de víctimas oficiales (la gran mayoría durante el periodo en que él dirigió las operaciones) y cientos de miles que murieron en años posteriores (y sigue subiendo la cifra) además, de dejar totalmente aniquilada la tierra y el agua debido al uso de agentes tóxicos (agente naranja, NAPALM, ...). También podemos atribuirle (gracias a su genial idea de arrasar Camboya) la llegada al poder de los Jemeres Rojos que dejaron un reguero de dos millones de muertos a su paso.
Otra de las “grandes contribuciones” de Kissinger a la humanidad fue su participación directa en la política de los países latinoamericanos. Como Secretario de Estado fue instigador y cómplice de los golpes militares sucedidos en Uruguay, Chile y Argentina para lograr lo que él consideraba el objetivo fundamental de la política exterior norteamericana que no era otro que la aniquilación del comunismo. Tras los golpes militares auspició y alentó las dictaduras militares y su represión, al mismo tiempo, apadrinó la creación de la llamada “Operación Cóndor”. Esta operación consistía en el acuerdo establecido entre Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil para el trabajo conjunto de sus servicios de seguridad. En la práctica esto suponía que cualquier miembro de las fuerzas represoras de esos países tenían libertad absoluta para operar en cualquiera de esos territorios para perseguir, detener (ilegalmente por supuesto) y torturar hasta la muerte a cualquiera que fuera considerado opositor a las dictaduras gobernantes.
Toda esta política de secuestros y asesinatos dejó tras de sí un legado de miles de personas torturadas y asesinadas. Otros miles de personas son consideradas oficialmente desaparecidas y a día de hoy siguen sin haber noticias de sus paraderos. Todo esto sólo fue posible gracias al manto protector de los Estados Unidos y, en particular, de Henry Kissinger.
En 1975 tuvo lugar otra de las grandes contribuciones del señor Kissinger a la humanidad, cuando siendo el Secretario de Estado del presidente Ford viajó con el mismo presidente a Indonesia para reunirse con el presidente Suharto (éste llego a la presidencia en 1965 mediante un golpe de estado financiado por la CIA). En esa reunión se dio el visto bueno a la invasión de Timor Oriental que se inició al día siguiente de la reunión. Como consecuencia de la invasión y posterior represión más de 200.000 habitantes de Timor fueron brutalmente asesinados.
A lo largo de sus años en la política oficial, hay gran cantidad de atrocidades que en una u otra medida pueden ser consideradas consecuencias directas de la política norteamericana auspiciada por Henry Kissinger. Entre ellas, vamos a destacar tres:
- Sudáfrica: durante largos años hubo un encubrimiento político y diplomático de las atrocidades del régimen del Apartheid que contribuyó a aumentar exponencialmente la ingente cantidad de muertos y torturados.
- Centroamérica: también en esta región el encubrimiento político permitió la creación y desarrollo de los escuadrones de la muerte que torturaron y asesinaron a miles de personas en toda la región.
Irak: Kissinger alentó a los kurdos para que iniciaran su revuelta contra el poder establecido. A continuación los dejó a su suerte para apoyar al otro bando. Aquí se inicia la represión actual del pueblo kurdo.
Todos los hechos descritos son algunos de los logros más importantes durante la carrera política de Henry Kissinger. Pero no acaba aquí. Kissinger fue el propulsor de la política que dirige hasta la actualidad el destino de todos los gobiernos que se han sucedido en la Casa Blanca: “los intereses nacionales ante todo”. Además es uno de los grandes adalides de la guerra nuclear, llegando a recomendar que todos los estadounidenses deberían tener un refugio antinuclear en sus casas porque es cuestión de tiempo que una gran guerra se desate con estas armas. También hay que destacar su gran contribución a las políticas eugenésicas de las élites gobernantes cuando en 1974 redactó el NSSM 200, un informe en el que se recomendaba la drástica reducción de la población mundial y en el que recomendaba el desarrollo de políticas de ayudas al desarrollo a cambio de esterilizaciones masivas.
Este es el personaje que en 1973 recibió el Premio Nobel de la Paz, un premio que supuestamente se entrega en reconocimiento a la persona que haya trabajado más o mejor a favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración o promoción de procesos de paz.
En la actualidad este personaje sigue vivito y coleando y sin ser juzgado como lo que es: uno de los mayores criminales de la historia de la humanidad.
Desde su retirada de la política activa, sigue siendo uno de los personajes más influyentes de la política imperialista. Su participación activa en entidades del calibre del CFR (Council of Foreign Relations), la comisión Trilateral o el club Bilderberg le aseguran una posición de poder (siempre bajo el manto protector de la familia Rockefeller).
Desde hace tiempo pesa sobre él una orden de búsqueda y captura internacional por su papel de actor principal en las dictaduras sudamericanas, sin embargo, el señor Kissinger se pasea por todo el mundo con total impunidad como pudimos observar durante la reunión anual del club Bilderberg celebrada el pasado mes de junio en Sitges (España).
Empezamos este viaje hablando de Henry A. Kissinger, probablemente uno de los criminales más sanguinarios de la historia de la humanidad.
Nacido en Alemania en 1923, tuvo que salir de allí en 1938 a causa de su origen judío y marcharse a los Estados Unidos donde obtuvo la nacionalidad en 1943. El joven Henry era un chico inteligente y, por ello, estudió ciencias políticas en Harvard. Breve paso por la marina (nada de frentes, ya por entonces se manejaba en cuestiones de inteligencia y estrategia) y de ahí de cabeza al grupo de jóvenes promesas amparadas por la familia Rockefeller (familia a la que a día de hoy sigue sirviendo). Empezó a destacar en los círculos políticos siendo uno de los máximos defensores de las armas nucleares y de la intervención estadounidense en el extranjero.
El inicio de su carrera internacional no pudo ser más espectacular. En 1968 y tras cuatro años de participación oficial en la guerra de Vietnam, extraoficialmente llevaban allí más de diez años apoyando a Vietnam del Sur, se iniciaron unas conversaciones de paz bajo el mandato del presidente Johnson. Kissinger estaba allí formando parte del equipo negociador pero, en secreto, había pactado con Nixon joder aquel intento para facilitarle el acceso a la Casa Blanca. Dicho y hecho, un año después Nixon era presidente y Kissinger Secretario ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional. A partir de este momento se iniciaron los bombardeos más duros de la guerra utilizando todo tipo de armamento biológico (esto sí que eran armas de destrucción masiva). Al mismo tiempo se iniciaron los bombardeos secretos sobre Laos y Camboya (países con los que EEUU no estaba en guerra) arrasándolos puesto que estos pobres países no estaban preparados para defenderse. A pesar de todo, no podían vencer y decidieron reanudar las conversaciones de paz en 1973 con Kissinger al frente.
Este tratado de paz le valió el Nobel ese mismo año junto al norcoreano Le Duc Tho, quien se negó a recogerlo junto a aquel demonio norteamericano.
Veamos las consecuencias de las acciones del premio Nobel hasta aquí. La guerra de Vietnam dejó casi seis millones de víctimas oficiales (la gran mayoría durante el periodo en que él dirigió las operaciones) y cientos de miles que murieron en años posteriores (y sigue subiendo la cifra) además, de dejar totalmente aniquilada la tierra y el agua debido al uso de agentes tóxicos (agente naranja, NAPALM, ...). También podemos atribuirle (gracias a su genial idea de arrasar Camboya) la llegada al poder de los Jemeres Rojos que dejaron un reguero de dos millones de muertos a su paso.
Otra de las “grandes contribuciones” de Kissinger a la humanidad fue su participación directa en la política de los países latinoamericanos. Como Secretario de Estado fue instigador y cómplice de los golpes militares sucedidos en Uruguay, Chile y Argentina para lograr lo que él consideraba el objetivo fundamental de la política exterior norteamericana que no era otro que la aniquilación del comunismo. Tras los golpes militares auspició y alentó las dictaduras militares y su represión, al mismo tiempo, apadrinó la creación de la llamada “Operación Cóndor”. Esta operación consistía en el acuerdo establecido entre Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil para el trabajo conjunto de sus servicios de seguridad. En la práctica esto suponía que cualquier miembro de las fuerzas represoras de esos países tenían libertad absoluta para operar en cualquiera de esos territorios para perseguir, detener (ilegalmente por supuesto) y torturar hasta la muerte a cualquiera que fuera considerado opositor a las dictaduras gobernantes.
Toda esta política de secuestros y asesinatos dejó tras de sí un legado de miles de personas torturadas y asesinadas. Otros miles de personas son consideradas oficialmente desaparecidas y a día de hoy siguen sin haber noticias de sus paraderos. Todo esto sólo fue posible gracias al manto protector de los Estados Unidos y, en particular, de Henry Kissinger.
En 1975 tuvo lugar otra de las grandes contribuciones del señor Kissinger a la humanidad, cuando siendo el Secretario de Estado del presidente Ford viajó con el mismo presidente a Indonesia para reunirse con el presidente Suharto (éste llego a la presidencia en 1965 mediante un golpe de estado financiado por la CIA). En esa reunión se dio el visto bueno a la invasión de Timor Oriental que se inició al día siguiente de la reunión. Como consecuencia de la invasión y posterior represión más de 200.000 habitantes de Timor fueron brutalmente asesinados.
A lo largo de sus años en la política oficial, hay gran cantidad de atrocidades que en una u otra medida pueden ser consideradas consecuencias directas de la política norteamericana auspiciada por Henry Kissinger. Entre ellas, vamos a destacar tres:
- Sudáfrica: durante largos años hubo un encubrimiento político y diplomático de las atrocidades del régimen del Apartheid que contribuyó a aumentar exponencialmente la ingente cantidad de muertos y torturados.
- Centroamérica: también en esta región el encubrimiento político permitió la creación y desarrollo de los escuadrones de la muerte que torturaron y asesinaron a miles de personas en toda la región.
Irak: Kissinger alentó a los kurdos para que iniciaran su revuelta contra el poder establecido. A continuación los dejó a su suerte para apoyar al otro bando. Aquí se inicia la represión actual del pueblo kurdo.
Todos los hechos descritos son algunos de los logros más importantes durante la carrera política de Henry Kissinger. Pero no acaba aquí. Kissinger fue el propulsor de la política que dirige hasta la actualidad el destino de todos los gobiernos que se han sucedido en la Casa Blanca: “los intereses nacionales ante todo”. Además es uno de los grandes adalides de la guerra nuclear, llegando a recomendar que todos los estadounidenses deberían tener un refugio antinuclear en sus casas porque es cuestión de tiempo que una gran guerra se desate con estas armas. También hay que destacar su gran contribución a las políticas eugenésicas de las élites gobernantes cuando en 1974 redactó el NSSM 200, un informe en el que se recomendaba la drástica reducción de la población mundial y en el que recomendaba el desarrollo de políticas de ayudas al desarrollo a cambio de esterilizaciones masivas.
Este es el personaje que en 1973 recibió el Premio Nobel de la Paz, un premio que supuestamente se entrega en reconocimiento a la persona que haya trabajado más o mejor a favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración o promoción de procesos de paz.
En la actualidad este personaje sigue vivito y coleando y sin ser juzgado como lo que es: uno de los mayores criminales de la historia de la humanidad.
Desde su retirada de la política activa, sigue siendo uno de los personajes más influyentes de la política imperialista. Su participación activa en entidades del calibre del CFR (Council of Foreign Relations), la comisión Trilateral o el club Bilderberg le aseguran una posición de poder (siempre bajo el manto protector de la familia Rockefeller).
Desde hace tiempo pesa sobre él una orden de búsqueda y captura internacional por su papel de actor principal en las dictaduras sudamericanas, sin embargo, el señor Kissinger se pasea por todo el mundo con total impunidad como pudimos observar durante la reunión anual del club Bilderberg celebrada el pasado mes de junio en Sitges (España).
4 comentarios:
Impresionante entrada por la que te felicito. Sabía del demonio Kissinger pero no de toda la información que acumulas aquí en tu artículo.
Seguiré con toda la atención esta serie sobre los ganadores del Premio Nobel de la Paz. Promete ser jugosísima y sobre todo muy esclarecedora.
Hay hechos que se olvidan, otros de los que no dispones de suficiente información, por eso me ha parecido espléndida tu trabajadísima entrada.
La voy a recomendar en la cabecera de mi blog y a través de twitter.
Un beso. ¡Chao!
Gracias por la recomendación en tu blog.
Ya tengo algún que otro candidato pensado pero se admiten sugerencias.
Se me viene a la cabeza, sobre todo por la cercanía geográfica e histórica, su actuación de apoyo a Hassan II en la invasión del Sahara. Esa Marcha verde que fue el escaparate mediático tras el que se ocultaron represión e invasión militar.
Sí, la verdad es que han quedado varios asuntos pendientes sobre Kissinger. La marcha verde desde luego que es uno de ellos, así como el papel que jugó en Chipre, Cuba o Bangladesh.
Gracias por el apunte Camino a Gaia.
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